Shakespeare escribió en 1597 la tragedia amorosa más conocida de la historia, basándose en el previo cuento italiano de Mateo Bandello de Arthur Brooke. Lo que no sabía es que, en 1598, sólo un año después de publicar su novela y mucho antes de que su fama se extendiera por Europa, en Palma de Mallorca se estaba cociendo un verdadero drama amoroso que superaba cualquier ficción literaria. Hablamos de Nicolau Rosynnol y Elisabet Anglada, descendientes de dos familias enfrentadas cuyo amor imposible desembocó en reyertas y asesinatos que dividirían la ciudad durante medio siglo: el lado oriental, Canamunt, y el lado occidental, Canavall.
Palma de Mallorca dividida en dos
A diferencia del relato inglés, este drama existió de verdad y tuvo graves consecuencias en la estabilidad de la isla. A finales del siglo XVI el Imperio Español consolidó su hegemonía mundial y controlaba importantes territorios en la península itálica y en otros enclaves del mediterráneo. Así Palma de Mallorca se convirtió en un puerto estratégico imprescindible, extendiendo su casco antiguo y levantando murallas que hoy todavía se conservan a lo largo del paseo marítimo.
Pero esta prosperidad se vio agitada por las tensiones existentes entre dos familias nobiliarias: los Rosynnol, que vivían en el lado occidental, y los Anglada, que controlaban el barrio oriental. Nicolau Rossinyol se había enamorado de la joven Elisabet Anglada, pero por mucha pasión que sintiera la familia no aceptó el compromiso.
A partir de aquí empiezan las habladurías los unos contra los otros, y sin saber a ciencia cierta si Nicolau participó en estas difamaciones, el rumor de que Elisabet no era una «mujer digna» fue la gota que colmó el vaso para su madre y el resto de la familia Anglada, que tomaron el camino de las armas para defender la honra de la joven. Así, en un cruce de insultos entre ambos bandos por Passeig del Born, frontera entre los dos barrios, los Anglada atacaron a los Rosynnol y lo saldaron con la muerte de dos hombres: Joanot Rossynol, tío de Nicolau, y Jordi de Sant Joan, amigo de la familia.
Con sangre derramada, los Anglada se refugiaron en el Convento de Santo Domingo (ya desaparecido) donde el asilo religioso les protegía de las autoridades. Hasta el propio Virrey de Mallorca ordenó la detención de Elisabet y su madre, acusadas de instigar el conflicto, para presionar a los soldados a salir del convento. El suceso quedó sin ajusticiamiento, no más que sanciones menores, y significó el comienzo de una larga historia de asesinatos, intereses políticos y mafias por toda la isla.
La Leyenda del Beso
Se sabe que Nicolau abandonó la isla poco después para evitar que el conflicto llegase a más, pero se cuenta que, tras la prematura muerte de Elisabet años después, víctima de la humillación pública y encerrada el resto de su vida en el palacio familiar, Nicolau volvió el mismo día a Palma de Mallorca. El mito dice que el joven se acercó con curiosidad hasta la capilla donde se daría sepultura a Elisabet y, cuando ya no había nadie, entró en secreto a verla. A la mañana siguiente encontraron el cuerpo inerte de Nicolau, tendido en el suelo junto al féretro y con la lengua arrancada, mientras Elisabet descansaba con una mueca de sonrisa en los labios ensangrentados.
Una historia contada a través del móvil
Resulta que esta historia ya se cuenta de la forma más original: a través de un Escape Room por la calle. Inspirado en los juegos de escapismo, existe una aplicación que combina las yincanas tradicionales y los Escape Rooms para crear una ruta histórica basada en el enfrentamiento entre los Canamunt y Canavall: La Guerra de los Canes. El objetivo es superar en equipo un número determinado de pruebas repartidas en diferentes puntos emblemáticos del centro de Palma, como un free tour ‘gamificado’ con el que los jugadores aprenden toda clase de curiosidades sobre esta historia que marcó el siglo XVII en Mallorca.
La aplicación se llama Street SKP y la experiencia es 100% digital ya que sólo se necesita el móvil para jugar y no es necesaria la presencia de un guía. Al tratarse de un espacio abierto no existe límite de jugadores, pudiendo competir en multitud de equipos mientras recorren las calles de la ciudad. Un plan para niños y adultos que comienza en los Jardines S’Hort del Rei. Puedes reservar en la web de 10:00 a 20:00 y en su cuenta de Instagram te cuentan cómo es la experiencia.
