¡Pon a prueba tu observación espacial y descubre los relojes visibles desde este punto!

El primer tipo de reloj fue creado en Babilonia, en el 1400 a.c y se llamaba Clepsidra o reloj del agua. Después llegaría el reloj solar por parte de los romanos. En torno al año 1400 d.c se empezarían a instalar los primeros grandes relojes en las plazas de las ciudades. Tuvo su apogeo con la llegada del ferrocarril, ya que era necesario tener un control sobre la hora exacta de llegada y salida del transporte y adaptarse a los horarios de las locomotoras.

Como ejemplo, el reloj que había en la Puerta del Sol, previo al actual (Losada) levantó mucha expectación para ver si funcionaba correctamente, pero cada una de las esferas ofrecía una hora diferente, de modo que el chiste de entonces decía que era capaz de contentar a todos a la vez: si no te gustaba una hora podías elegir otra.

Era frecuente evitar la presencia de más de un reloj en la misma zona para evitar incoherencias de horario.
Hoy en día, gracias a internet y a la automatización de mecanismos, todo es mucho más sencillo.